Al principio era muy gracioso. Incluso a Piluca le encantaba que la llamaran Piluca Pilota. Pero cuando se fue haciendo mayor la gente empezó a reírse de ella y de su mote.
-El trabajo de piloto es para chicos, Piluca -le decían-. Por eso solo existe la palabra piloto, y no pilota.
- Es mentira, hay muchas chicas pilotas, aunque de momento haya menos -contestaba ella-. Y, además, pilota está bien dicho. Pilota existe.
Y es verdad. Pilota está bien dicho. Pero como la ignorancia es atrevida y no tiene vergüenza, ahí seguían metiéndose con Piluca, unos y otros, riéndose y burlándose de ella.
Piluca no entendía qué tenía de gracioso intentar acabar con los sueños de los demás, ni por qué lo hacían.
“¿Por qué no se centran en tener sus propios sueños, en vez de reírse de los de los demás?”, se preguntaba Piluca.
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