Días después encontró otro estanque. Este era todavía más bonito que el anterior. Había muchos más animales y estaba todavía más animado que el anterior.
-Hola, pasaba por aquí y me preguntaba si querríais ser mis amigos -dijo Pato Patoso.
Pero esta vez tampoco nadie le hizo caso. Así que se marchó de nuevo.
Los peligros seguían ahí, así que Pato Patoso tuvo que ser muy cuidadoso. Y así avanzó hasta que llegó a otro estanque. Era pequeño y había pocos animales. Y estaba muy tranquilo. Parecía hasta triste.
-Vaya, qué triste está esto -pensó Pato Patoso-. ¿Qué habrá pasado?
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