miércoles, 21 de octubre de 2020

El misterio de las flores amarillas

El abuelo de Manolita le regaló media docena de flores amarillas por su quinto cumpleaños para que las plantara en el jardín y las cuidara. A la niña le hizo mucha ilusión. Le dijeron que las flores se harían muy grandes y sus tallos tan altos como ella.

-Y cuando se hagan mayores podrás comerte sus semillas, que están muy ricas -le había dicho el abuelo.

Manolita estaba muy contenta con sus flores amarillas. Eran preciosas. Cada día estaban más altas y más grandes. Pero un día se dio cuenta de que las flores se movían.

-Abuelo, mis flores amarillas se mueven -dijo la niña.

-¿Cómo que se mueven? -preguntó el abuelo-. Las flores no andan.

-¡Ya lo sé, abuelo! Mis flores no se mueven de sitio. Lo que pasa es que cada vez miran hacia un lado.




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