- ¿Tomates en los calcetines? -pensaba Daniel-. No era posible. Los tomates no crecen en los calcetines, sino en la tierra ¿no? A lo mejor mamá se llevó los calcetines a la compra porque no tenía bolsas. Pero los tomates son más grandes que mis calcetines, creo. No, definitivamente mi madre no ha usado mis calcetines como bolsas de la compra.
- Daniel ¿en qué están pensando? -preguntó la maestra.
Daniel, sin darse cuenta de la situación, contestó con toda la naturalidad del mundo.
- En los tomates de mis calcetines, señorita Pepa.
Toda la clase explotó en una sonora carcajada. Daniel era famoso por sus tremendas ocurrencias.
-¿Cómo dices? -preguntó la maestra.
- Al parecer han crecido tomates en mis calcetines, pero no sé cómo es eso posible, señorita Pepa. Sin tierra, ni agua, ni sol… no lo veo posible. Creo que es un misterio que hay que estudiar, señorita. ¡Imagínese! ¡Solucionaríamos el problema del hambre en el mundo, señorita!
No hay comentarios:
Publicar un comentario