jueves, 3 de junio de 2021

El misterio de las joyas de la reina parte 2

 El mayordomo aceptó la prisión preventiva, entre otras cosas, porque tenía miedo de que los habitantes del reino la tomaran con él, creyéndole culpable.


El misterio de las joyas de la reinaPara garantizar la neutralidad de la investigación, los guardias fueron a buscar a uno de los guardias de un reino vecino, famoso por ser capaz de aclarar cualquier misterio y encontrar a los culpables de cualquier delito.

En cuanto este llegó al castillo se puso manos a la obra. Buscó en el salón, en las habitaciones, en el jardín, pero no encontró una pista contundente. Hasta que llegó a la cocina, donde se encontró un rastro de migajas de queso.

—¿Cuánto tiempo lleva esto aquí? —preguntó el guardia investigador.

—Desde ayer —contestó la cocinera—. No hemos tocado nada porque no nos han dejado los guardias.

A pesar de que no parecía nada importante, el guardia investigador siguió las migajas, a ver a dónde le llevaban. El rastro conducía hacia una gran grieta que estaba en la cocina. Abrió aún más la grieta para ver su interior.

Y allí, entre un montón de queso, estaban las joyas de la reina. Y, junto a ellas, el ladrón.





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