miércoles, 2 de junio de 2021

El misterio de las joyas de la reina parte 1

 Érase una vez un gran reino lleno de muchos lujos y riquezas. Todos sus habitantes gozaban de unos lindos paisajes y una bondadosa reina. La reina estaba siempre atenta a todo lo que ocurría para mantener la paz y la prosperidad en el reino. No había en todo el mundo mejor gobernante. Incluso los vecinos de reinos vecinos hablaban maravillas de ella.


Todo era felicidad y dicha hasta que los guardias del reino recibieron una noticia devastadora. ¡Habían robado las joyas de la reina!

Los guardias no dudaron en investigar el asunto. Tras realizar muchas pesquisas llegaron a la conclusión de que el único que pudo haber hecho eso era el mayordomo de la reina.

—¿Por qué creéis que ha sido el mayordomo? —preguntó la reina—. Él ha sido siempre leal. Lo conozco desde niña.

—Solo él tenía acceso a todas las habitaciones —respondió el jefe de la guardia.

Para aclarar el asunto, la reina llamó al mayordomo. Este, al conocer las acusaciones, no dudó en defender su honestidad y lanzó todo tipo de acusaciones contra todos, jurando su lealtad hacia la reina.

— ¡Es mentira! —exclamó el mayordomo—. Jamás traicionaría de esa forma ni a la reina ni al reino. ¡Registradme! ¡Mirad en mi habitación o en cualquier parte que dependa de mí! ¡No encontraréis nada!





—¡Sabemos que no eres tonto! —dijo el jefe de la guardia—. ¿Qué ladrón ocultaría el botín en el primer lugar donde sabía que se buscaría? ¿O crees que no hemos buscado allí? Irás al calabozo mientras lo aclaramos.

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