jueves, 24 de junio de 2021

El misterio de los monos y las moscas robafuegos parte 1

 Por raro que parezca, había una vez un bosque, en un lugar frío y sombrío, donde vivía un grupo de monos. Eran unos monos bastante cabezotas, y si se les metía algo en la cabeza no había manera de convecerlos de lo contrario.


Por las noches los monos pasaban mucho frío. Pero como no sabían hacer fuego se refugiaban en lo más hondo de una enorme cueva y se colocaban todos muy juntos para darse calor.

—Si tuviéramos fuego podríamos dormir al raso y pasar la noche bajo las estrellas —decía Monopono, el más anciano de todos. Siempre decía lo mismo.

Un día, al anochecer, Monopono vio luces entre los árboles.

—¡Mirad, fuego! - exclamó Monopono.

—¡Vamos a por él! —gritaron los demás monos.

—Haré un agujero en el suelo para meter el fuego mientras lo cazáis-dijo Monopono.

Los monos fueron corriendo detrás de los puntos de fuego que se movían entre los árboles, pero era difícil de cazar. Y cuando los cazaban y los llevaban al agujero, pasaba algo muy raro.

—¡Fuera, moscas, fuera! —gritaba Monopono.

Y los insectos se iban. Pero los puntos de fuego también.

—¡No os llevéis el fuego, moscas ladronas! —gritaba Monopono.

Y así, noche tras noche, durante muchos días, Monopono y sus compañeros repitieron la misma hazaña, sin conseguir hacer fuego. Y noche tras noche acababan durmiendo amontonados en el fondo de la cueva.








martes, 15 de junio de 2021

El misterio Rumilda, el hada solitaria parte 2

 Rumilda les mostró su ruta habitual y les fue diciendo qué había comido en cada lugar. Después de un rato, una de las hadas le preguntó:


—¿Esto es lo que has hecho en las últimas semanas?

Rumilda se sonrojó un poco y contestó:

—No, esto es lo que hice ayer.

—¿Cada cuánto tiempo lo haces? —preguntaron.

—Todos los días —respondió Rumilda.

—Creo que ya sé cuál es el antídoto —dijo una de las hadas mayores—. Pero tendrás que quedarte en casa y solo salir cuando yo te lo diga.

Rumilda aceptó y, entre todas las hadas, se organizaron para cuidar de su amiga.

Durante varias semanas Rumilda estuvo tomando las pociones mágicas que le llevaban las hadas mayores, que no eran otra cosa que zumos de frutas y cremas y sopas de verduras.

AEl misterio Rumilda, el hada solitariademás, cada día la acompañaban a dar un paseo por un sendero que llevaba al río, donde nadaban en sus aguas purificadoras durante buena parte de la mañana, o subían a lo alto de una colina en la que se respiraba un aire reparador que no había en ninguna otra parte.

Así, después de unas cuantas semanas, Rumilda volvió a ser la misma de siempre.

—El antídoto ha funcionado —dijo Rumilda.

—Llevar una vida saludable siempre funciona, Rumilda, no hay ningún secreto —dijo una de las hadas mayores.

Entre todas las hadas le explicaron a Rumidla que tenía que tener cuidado con lo que comía, porque comer en exceso y sin control puede hacer que te sientas muy mal.

Desde entonces Rumilda tiene más cuidado con lo que comer y, aunque le gusta mucho todo lo que encuentra en el bosque, lo toma con moderación para poder disfrutarlo sin ponerse enferma.

lunes, 14 de junio de 2021

El misterio Rumilda, el hada solitaria parte 1

 Había una vez un hada llamada Rumilda que adoraba comer. Así que se pasaba el día en el bosque buscando algo para llevarse a la boca: castañas, nueces, almendras, manzanas o, su manjar favorito, miel.


Las amigas de Rumilda la iban a buscar todos los días para jugar. Pero Rumilda les decía que quería ir a pasear por el bosque. Como siempre contestaba lo mismo, al final las demás hadas dejaron de ir a buscar a su amiga.

Nadia sabía lo que Rumilda hacía en el bosque ella sola. Y como apenas la veían, tampoco se dieron cuenta de lo que estaba pasando.

Llegó el día de la fiesta de la aldea. Las hadas mayores habían preparado deliciosos manjares para celebrar la fiesta.

Al mediodía todas las hadas se congregaron en el centro de la aldea para compartir el festín. Pero cuando llegó Rumilda se hizo el más absoluto de los silencios.

—¿Qué te ha pasado, Rumilda? —preguntó una de las hadas mayores—. ¿Te encuentra bien?

Rumilda no contestó. Pero todas las demás hadas estaban aterradas, porque su amiga parecía un globo a punto de explotar. Tenía la cara colorada y caminaba con mucha dificultad.

—Debo haber comido algo que me ha sentado mal —dijo Rumilda.

—¿Dónde? —preguntaron todas las demás hadas a la vez.

—En el bosque, supongo —dijo Rumilda.

—Rápido, hay que buscar un antídoto —dijo una de las hadas mayores—. Esto tiene toda la pinta de ser una pócima maligna.

Todas las hadas exploraron el bosque en busca de lo que podría haber causado el problema de Rumilda.







—Dinos, ¿qué has comido? —le preguntaron—. Tienes que decirnos exactamente dónde has estado

jueves, 10 de junio de 2021

El misterio del sótano embrujado parte 2

 Guillermo y Laura se miraron. Se entendían muy bien sin necesidad de palabras.


-Tal vez nosotros… - empezó a decir Laura.

-Sí, a lo mejor podríamos ir a mirar -terminó Guillermo.

-Es muy peligroso -dijo Mariana-. Hay que ser muy valiente para bajar.

-Puedo ir yo -dijo la madre de los niños.

-¡No, mamá! -dijeron ellos a la vez.

-Nosotros lo haremos, no te preocupes -dijo Laura.

Guillermo y Laura se asomaron al sótano. Pero justo cuando abrieron la puerta y asomaron la nariz alguien -o algo- dio un golpe y se asustaron.

-Vamos, Guille, que si no lo hacemos nosotros bajará mamá.

-Vale, pero déjame que encienda la linterna que nos ha dejado Mariana. Con la luz que entra por esos pequeños tragaluces no se ve casi nada.

Los niños abrieron la puerta. Esta vez no se escuchó nada. Alumbraron, pero no se veía nada.

-Mira, un interruptor -dijo Guillermo-. Vamos a dar la luz.

Laura encendió la luz. ¡Qué sorpresa se llevaron! Allí no había fantasmas ni nada extraño. Solo una gatita con varios gatitos a su alrededor, varios platos vacíos y comida y agua por el suelo.

-¡Deben de haber tirado los platos y por eso ha sonado ese ruido! -dijo Guillermo.

-El misterio del sótano embrujadoSeguro que es eso -dijo Laura-. Y mira eso de allí. Hay muebles y juguete viejos caídos y mal colocados. Seguro que los gatos también hacen ruido paseando por ahí.

Entonces, se asomaron algunos gatos más, que salieron de sus escondites. Guillermo y Laura se rieron mucho y fueron a ver a Mariana.

-Parece que tu sótano embrujado está ocupado por unos espíritus juguetones y escurridizos -dijo Laura.

-Sí, mejor será que los dejes tranquilos -dijo Guillermo-. En el fondo, parecen inofensivos.

Los cuatro se rieron de buena gana mientras Mariana servía el chocolate caliente recién hecho.

-Podéis volver al mi sótano embrujado cuando queráis -les dijo Mariana.

-Lo haremos -dijeron los niños-. Muchas gracias.

Y se fueron con su madre, felices y contentos por la experiencia… y el chocolate.

miércoles, 9 de junio de 2021

El misterio del sótano embrujado parte 1

 

El misterio del sótano embrujadoGuillermo y su hermana Laura estaban jugando en el parque. Hacía mucho frío, pero a ellos no les importaba. Estaban pasándolo muy bien con sus peonzas, haciendo trucos y probando cosas nuevas.

En ello estaban cuando, de repente, empezó a nevar. Los niños estaban encantados con la nieve. Pero su madre llegó corriendo y les dijo:

-Vamos, chicos, nos refugiaremos en casa de mi amiga Mariana, que vive aquí cerca.

Los tres se fueron rápidamente a casa de Mariana. Mariana resultó ser, para sorpresa de los niños, una señora muy mayor, con un aspecto muy raro.

-Pasad, no os quedéis ahí -dijo Mariana-. Vamos a la cocina. Os preparé un chocolate bien caliente.

Todos estaban en la cocina cuando, de repente, se empezaron a oír unos sonidos extraños.

-Vienen del sótano -dijo Mariana-. Está embrujado. Estoy esperando que alguna pareja de jóvenes valientes bajen a espantar al espíritu que habita ahí abajo, pero todavía no he tenido.

martes, 8 de junio de 2021

Brujona Tragona y Dragoncillo Palillo parte 1

 Había una vez una bruja que se pasaba el día comiendo. Por eso la llamaban Brujona Tragona. Muy cerca de ella vivía un dragón que estaban tan delgado que lo llamaban Dragoncillo Palillo.


A Brujona Tragona le encantaba salir a buscar víveres y se los comía en cualquier parte. Y no perdía oportunidad de visitar la pastelería, la panadería, la heladería y la tienda de chucherías.

Sin embargo, a Dragoncillo Palillo nadie le veía nunca comer. Incluso sus vecinos estaban preocupados.

Un día alguien dio la voz de alarma:

-¡Alguien ha saqueado el almacén de comida!

Toda la gente del lugar se reunió en un claro del bosque.

-Tiene que haber sido Brujona Tragona. Lleva días sin pasar por mi pastelería -dijo la pastelera.

El panadero, el heladero y todos los demás tenderos dijeron lo mismo.

-¡A por ella! -gritaron.






lunes, 7 de junio de 2021

El misterio de la sirena y el espejo mágico PARTE 2

 Espera, espera -dijo el pececito.


Pero la sirena se fue nadando tan rápido que el pececito no pudo alcanzarla.

La sirena nadó y nadó sin descanso durante semanas.


-Tranquila, amiga, yo te salvaré -le decía a la chica del espejo-. Y te llevaré a la superficie.Y si no vemos ningún barco yo misma te acercaré a alguna playa.

Por fin la sirena llegó a la mansión de Poseidón. Allí estaba él, rodeado de súbditos y de manjares, de músicos y bufones.

-¿Qué quieres, pequeña? -preguntó Poseidón-. ¿Qué te trae por aquí? Parece que estás cansada.

-Quiero salvar a la niña que está encerrada en este espejo mágico -dijo la sirena.

-A ver, déjame ver -dijo Poseidón.

Después de un rato, Poseidón le devolvió a la sirena el espejo.

-Aquí no hay nadie -dijo él.

-Que sí, hay una niña pelirroja con el cabello largo y una concha adornándolo -dijo la niña.

Poseidón miró a la sirena. Luego le dijo:

-¿Es una niña de belleza extraordinaria, con el rostro dulce, la piel clara y los ojos tristes?

-Sí, señor -dijo la sirena.

-Y cuando la miras, ¿habla mientras tú hablas y calla mientras tú callas? -preguntó Poseidón.





viernes, 4 de junio de 2021

El misterio de la sirena y el espejo mágico parte 1

 Hace mucho tiempo, una sirena encontró algo en el fondo del mar. Era una pieza maravillosa, preciosa y muy delicada. Tenía forma ovalada y brillaba muchísimo.


-¿Qué será esto? -se preguntó la sirena.

Mientras la sirena contemplaba aquel maravilloso hallazgo, su amigo el pececito pasó por allí.

-¿Qué haces? -preguntó el pececito.

-Mira, he encontrado esto en el fondo del mar -dijo la sirena.

-¡Un espejo! -dijo el pececito.

-¿Un espejo? -dijo la sirena-. ¡Un espejo mágico! ¡Como los que salen en los cuentos!

-¿Mágico? ¿Por qué? -preguntó el pececito.

-Mira, en el cristal hay alguien encerrado -dijo la sirena-. Mueve la boca, pero no oigo qué dice. Tendré que ir a ver a Poseidón. Tal vez él pueda ayudarme a sacar a la prisionera del espejo. Sí, él me ayudará.







-Espera, espera -dijo el pececito.

Pero la sirena se fue nadando tan rápido que el pececito no pudo alcanzarla.

jueves, 3 de junio de 2021

El misterio de las joyas de la reina parte 2

 El mayordomo aceptó la prisión preventiva, entre otras cosas, porque tenía miedo de que los habitantes del reino la tomaran con él, creyéndole culpable.


El misterio de las joyas de la reinaPara garantizar la neutralidad de la investigación, los guardias fueron a buscar a uno de los guardias de un reino vecino, famoso por ser capaz de aclarar cualquier misterio y encontrar a los culpables de cualquier delito.

En cuanto este llegó al castillo se puso manos a la obra. Buscó en el salón, en las habitaciones, en el jardín, pero no encontró una pista contundente. Hasta que llegó a la cocina, donde se encontró un rastro de migajas de queso.

—¿Cuánto tiempo lleva esto aquí? —preguntó el guardia investigador.

—Desde ayer —contestó la cocinera—. No hemos tocado nada porque no nos han dejado los guardias.

A pesar de que no parecía nada importante, el guardia investigador siguió las migajas, a ver a dónde le llevaban. El rastro conducía hacia una gran grieta que estaba en la cocina. Abrió aún más la grieta para ver su interior.

Y allí, entre un montón de queso, estaban las joyas de la reina. Y, junto a ellas, el ladrón.





miércoles, 2 de junio de 2021

El misterio de las joyas de la reina parte 1

 Érase una vez un gran reino lleno de muchos lujos y riquezas. Todos sus habitantes gozaban de unos lindos paisajes y una bondadosa reina. La reina estaba siempre atenta a todo lo que ocurría para mantener la paz y la prosperidad en el reino. No había en todo el mundo mejor gobernante. Incluso los vecinos de reinos vecinos hablaban maravillas de ella.


Todo era felicidad y dicha hasta que los guardias del reino recibieron una noticia devastadora. ¡Habían robado las joyas de la reina!

Los guardias no dudaron en investigar el asunto. Tras realizar muchas pesquisas llegaron a la conclusión de que el único que pudo haber hecho eso era el mayordomo de la reina.

—¿Por qué creéis que ha sido el mayordomo? —preguntó la reina—. Él ha sido siempre leal. Lo conozco desde niña.

—Solo él tenía acceso a todas las habitaciones —respondió el jefe de la guardia.

Para aclarar el asunto, la reina llamó al mayordomo. Este, al conocer las acusaciones, no dudó en defender su honestidad y lanzó todo tipo de acusaciones contra todos, jurando su lealtad hacia la reina.

— ¡Es mentira! —exclamó el mayordomo—. Jamás traicionaría de esa forma ni a la reina ni al reino. ¡Registradme! ¡Mirad en mi habitación o en cualquier parte que dependa de mí! ¡No encontraréis nada!





—¡Sabemos que no eres tonto! —dijo el jefe de la guardia—. ¿Qué ladrón ocultaría el botín en el primer lugar donde sabía que se buscaría? ¿O crees que no hemos buscado allí? Irás al calabozo mientras lo aclaramos.

martes, 1 de junio de 2021

El misterio de los ruidos nocturnos parte 2

 Los ruidos siguieron escuchándose, noche tras noche. Algo se movía, incluso tiraba cosas.


Una mañana, cansada de aquellos ruidos, Anabel decidió que esa misma noche descubriría qué es lo que pasaba. Y así, después de cenar, la niña cogió el rodillo de amasar de un cajón de la cocina sin que la vieran y se fue a la cama. Metió el rodillo debajo de la almohada y esperó.

Ya casi se había quedado dormida cuando empezó a oír los ruidos de todas las noches. Con miedo, pero con decisión, Anabel se levantó sigilosamente, con el rodillo de la mano. Se agachó, se colocó a cuatro patas, y fue deslizándose suavemente por el suelo, sin hacer ruido, intentando encontrar el origen de aquel ruido.

Al principio no le resultó fácil, porque su corazón latía tan fuerte que no era capaz de escuchar nada más.

La niña respiró profundamente dos veces para calmarse y luego continuó rastreando aquel desagradable ruido.

Y así llegó hasta su escritorio. Con cuidado retiró la papelera, pues parecía que el sonido venía de allí.

—¡Tú! —gritó Anabel, mientras empezaba a dar golpes con el rodillo de amasar.

La niña montó tal escándalo que enseguida aparecieron sus padres.

—¿Qué pasa aquí? —preguntaron.

—¡Un ratón! —gritó la niña.

Los padres fueron a mirar y encontraron un montón de restos de comida detrás de la papelera.


¿Qué es esto? —preguntaron.





Imperio Medio

Durante el  Imperio Medio , la definición de "medjay" comenzó a referirse más a una tribu que a una tierra, (aunque las referencia...