Pero maestro- dijo entonces uno de los discípulos- Con lo poco generosos que son aquí… ¿cómo conseguiremos reunir el dinero?
– Sí, ya sé que la forma más natural de conseguir el dinero es pidiéndolo, pero hay otra forma… ¡cogiéndolo! En realidad, es algo que nos correspondería tener, ¿no es así? Una especie de paga por nuestros servicios… Lo que pasa es que yo soy mayor y no puedo hacerlo, pero vosotros sois jóvenes y no os costará tanto. No es muy difícil, solo tenéis que escoger a algún hombre rico y apropiaros de su bolsa en algún lugar en donde nadie os vea. Es sí, sin hacerle daño…
Al principio todos se quedaron un tanto sorprendidos de que su maestro les pidiera robar, pero al cabo de un rato, la mayoría de los discípulos estaba conforme con la petición:
– Claro, maestro, por ti haremos todo lo que haga falta. Iremos a por el dinero.
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