jueves, 1 de abril de 2021

Siglos XVIII y XIX

A comienzos del siglo XVIII, Andorra se mantuvo neutral en la guerra de sucesión española. En 1715, el obispo de Urgel, Simeón de Guinda, dictó diversas normas en las que se indicaba a los Cónsules de los Valles de Andorra no obedecer ninguna orden que no fuera expedida por el rey de Francia.

En 1748, Antoni Fiter i Rossell, doctor en derecho y natural de Ordino, recopiló los usos y costumbres de Andorra en el Manual Digest. En este libro transcribió todo aquello que guardaban los archivos andorranos.

En 1789, el estallido de la Revolución francesa colocó a Andorra entre dos potencias enfrentadas, Francia y España. Los revolucionarios franceses se negaron a mantener el pariatge por su origen feudal y quedó interrumpido, suspendiendo también las relaciones con Francia y la percepción de los tributos de la Qüestia. En 1794, en plena guerra con España, un destacamento francés penetró hasta Soldeu en un intento de ocupar la Seo de Urgel. Una representación andorrana fue a Puigcerdá y convenció al general Chabret de que renunciara a aquella operación. En 1806Napoleón restableció la tradición feudal y los derechos de coseñorío de Francia sobre el Principado de Andorra.

Entre 1812 y 1814, cuando el Imperio francés se anexionó nominalmente Cataluña y la dividió en cuatro departamentos (SegreTerMontserrat y Bocas del Ebro), Andorra formó parte del distrito de Puigcerdá, dentro del departamento del Segre.

Durante las guerras carlistas sucedidas a lo largo del siglo XIX en España, Andorra sirvió de refugio tanto para liberales como para carlistas.

En 1866, un noble y rico propietario andorrano, Guillem d'Areny-Plandolit, encabezó una reforma en las instituciones de gobierno, la Nova Reforma. Esta reforma de las instituciones concedió una limitada participación de los cabezas de familia en el gobierno del país. El Consejo General se compuso, a partir de entonces, de 24 consejeros elegidos por los síndicos. En 1866 la reforma fue aceptada por el obispo de Urgel, y en 1869 por el copríncipe francés Napoleón III.

A finales del siglo XIX y principios del XX, las dificultades económicas obligaron a muchos andorranos a emigrar.




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