lunes, 27 de abril de 2020

El lugar donde llueve chocolate parte 5

Pero de camino a casa siguió dándole vueltas a la idea, y en su cabeza creció una preciosa historia con nubes de chocolate, que no pudo resistirse a escribir al llegar a su cuarto. Mientras lo hacía y en su imaginación jugaba con aquella dulce lluvia, surgieron mil nuevas historias e ideas, a cada cual más divertida y original. Creaba nuevos mundos y criaturas sin esfuerzo, y los hacía vivir en el papel y en la imaginación de los demás. Así descubrió que su abuela tenía razón: había leído tanto que su cabeza era un tesoro del que no dejaban de surgir ideas que utilizaba para escribir, para hablar, para aprender o incluso inventar, y con las que se ganó el respeto y la admiración de todos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Imperio Nuevo

Cuando a principios del  Imperio Nuevo  Egipto se extendió hasta la cuarta catarata del Nilo, los medjays rara vez se mencionan como una fue...