jueves, 17 de agosto de 2023

Historia por territorios


En la Corona de Aragón

La orden comienza su implantación en la zona oriental de la península ibérica en la década de 1130. En 1131, el conde de Barcelona, Ramón Berenguer III, pide ingresar en la orden. En 1134, el testamento de Alfonso I de Aragón cede su reino a los templarios, junto a otras órdenes, como los hospitalarios o la del Santo Sepulcro. Este testamento sería revocado, y los nobles aragoneses, disconformes, entregaron la corona a Ramiro II, aunque con numerosas concesiones a las órdenes para que renunciaran, tanto de tierras como de derechos comerciales.

Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona y príncipe de Aragón, pronto alcanzaría un acuerdo con los templarios para que colaboraran en la Reconquista: la concordia de Gerona, en 1143. Por ella recibieron los castillos de MonzónMongayChalamera, Barberá, Remolins y Corbins, junto con la Orden militar de Belchite de Lope Sanz. También les favorecía con donaciones de tierras y con derechos sobre las conquistas (un quinto de las tierras conquistadas, el diezmo eclesiástico, parte de las parias cobradas a los reinos taifas). Según estas condiciones, cualquier paz o tregua tendría que ser consentida por los templarios, y no solo por el rey.

Como en toda Europa, la orden se enriqueció con numerosas donaciones de padres que no podían dar un título nobiliario más que al hijo mayor, y buscaban cargos eclesiásticos, militares, cortesanos o en órdenes religiosas.




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