El término fue acuñado en 1968 por el folclorista estadounidense Richard Dorson, quien definía la leyenda urbana como una historia moderna «que nunca ha sucedido, contada como si fuera cierta».[3] También cabe mencionar a Jan Harold Brunvand, que ha contribuido decisivamente a popularizar este término entre el público en general a través de sus libros.[4]
Acaso la teoría más convincente sobre la etiología de este tipo de leyendas sea la del filósofo alemán Karl Hepfer en Teorías conspirativas: Una crítica filosófica de la sinrazón, quien, al preguntarse sobre el auge de las teorías de conspiración en Europa reparó en que la mayoría de ellas respondía a «modelos de interpretación de la realidad simplificados», o intentos de regresar a un estadio anterior de nuestra cultura en el que la realidad supuestamente era sencilla de comprender, y sus actores, buenos o malos. En consecuencia, estas historias suelen tener dos caras, una incomprensible o terrorífica y otra explicativa y simplificadora que tranquiliza.[5]
Las historias en cuestión reciben diversas denominaciones por parte de quienes las usan y difunden. Entre los periodistas se habla de bulos, o factoides. En Internet, de hoax. En un principio, cabe distinguirlas claramente de los llamados cuentos chinos o las hipérboles desmedradas, como por ejemplo las rodomontadas o exageraciones hiperbólicas como los Hechos de Chuck Norris, género popular de la llamada literatura de corcho y de Internet emparentables con las antiguas diversiones cortesanas de los siglos XVI y XVII, fanfarronadas conscientes que buscaban divertir como juegos de salón equivalentes a las trolas o bolas o incluso las bernardinas clásicas. Se distinguen de estos géneros jocosos en que no tienen la intención cortesana de divertir o distraer.
En Cuba se las conoce como «cuentos de camino» o «bolas», en Perú y en Colombia se las llama simplemente «cuentos» o «mitos». Entre los propios estudiosos, no falta quien prefiere catalogarlas como «leyendas» a secas, considerando que su función sigue siendo la propia de este género. También esta clase de leyendas se expanden en todos los territorios y países haciendo que este se vuelva viral y la gente lo puede ir creyendo.
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