Posiblemente el término Tarshish, utilizado en los textos semíticos para denominar las tierras más occidentales del Mediterráneo, fuera equivalente al término griego Tartessos. Su identificación con la península ibérica no es algo evidente, como ocurre con el término Hesperia, citado en las fuentes griegas más arcaicas como el lugar donde se pone el Sol, que también es de los campos Elíseos o las islas Afortunadas. Conforme fueron ampliándose los conocimientos geográficos de los griegos, este término fue muy empleado para referirse a la península, pero aun así, se interpretaba como el punto más occidental del Mediterráneo, sin especificar. La mayor parte de las fuentes griegas se refirieron a este territorio con el término Iberia (tomado del topónimo autóctono del río Iber –Ebro–, del de algún otro río, especialmente de la zona suroccidental, o bien del topónimo genérico para cualquier río). En cambio, las fuentes latinas utilizaron el término Hispania, de posible origen fenicio-cartaginés (y-spny –"costa del norte"–).[3]
Κατά μέρος δ' εατϊ πρώτη πασων άπό της I- σπέρας η Ίβηρία, βύρστ βοεία παραπληαία · των ώς αν τραχηλιαίων μερων υπερπιπτόντων εις την συνεχη Κελτιχή.El primer país de todos hacia oeste es Iberia. Ella es parecida a una piel de buey, cuyas partes que corresponden al cuello caen hacia
Pectoral de oro perteneciente al llamado "Tesoro de El Carambolo", identificado como tartésico, siglo VII o VI a. C. Su forma evoca la de los lingotes metálico llamados "galápagos" o "lingotes en rama chipriota", que a su vez imitaban la forma de las pieles de toros (relacionadas con rituales de sacrificio animal).[2]
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